Uno de los pasos que más tiempo me consumía era la imprimación de las miniaturas, ya que sólo podía imprimar en fin de semana y contando que no soplara el viento, algo muy común en Zaragoza. La tarea de por si era ardua, colocar periódicos por el suelo de la galería, de por si no muy grande, y luego con paciencia y la inestimable ayuda de mi mujer, a quien se le dan muy bien las manualidades la pena es que no le guste pintar miniaturas, y más papel y precinto de embalar, poco a poco fabricar un compartimento donde poder utilizar el espray sin que toda la galería, plantas y demás acabara cubierto de una fina capa blanca.
Por suerte en la página de Lone Star Historical Miniatures en su sección de guías de pintura descubrí un artículo sobre el “gesso”, que se utiliza para dar imprimación a diferentes soportes como la madera o los lienzos, en dicho artículo Beckerdo, el autor, exponía todas las razones por las cuales consideraba que es mejor que los espray como por ejemplo; comodidad, ausencia de toxicidad y ahorro de tiempo y dinero.
Así que ni corto ni perezoso me decidí a probar el gesso y comprobar por mi mismo si ofrecía realmente buenos resultados y la verdad es que para mí ha cumplido todas la expectativas, especialmente el poder imprimar mis lanceros libios un lunes después de cenar tranquilamente, rebaje con un 25% de agua una pequeña cantidad de gesso, tal como comenta Beckerdo, y después aplique con un pincel la mezcla. De momento la pintura de los lanceros va bien y no noto gran diferencia de un sistema a otro de imprimación.
Dejo unas fotos para que veáis como quedan las miniaturas imprimadas con gesso.
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