Los enfrentamientos civiles que padeció la República Romana a lo largo del siglo I a.C, protagonizados por las facciones senatoriales, optimates y populares, transcurrieron en gran parte en Hispania con dos etapas diferenciadas: las Guerras Sertorianas y la guerra Civil entre Cesar y los pompeyanos.
Quinto Sertorio (Nursia, Sabina 122 a. C- Osca 72 a.C.) fue el protagonista indiscutible de la primera etapa. Fue un destacado militar y político, dotado de una excelente oratoria.
Su carrera militar fue brillante, lucho bajo Cayo Mario en la guerra contra los Cimbrios (102 a.C), en la que desarrollo funciones de espía gracias a su conocimiento de la lengua Celta, tribuno militar en Hispania (97-93 a.C), cuestor de la Galia Cisalpina (90 a.C) y pretor de la Hispania Citerior (83 a.C).
En el año 82 a.C Lucio Cornelio Sila, valedor de de los optimates, derroto a los populares Cayo Mario el joven y Cneo Papirio Carbón, ocupó Roma y desató una serie de proscripciones y condenas a muerte que conllevaban la confiscación de las fortunas de los afectados.
En la prolongación del enfrentamiento civil en Hispania Sertorio supo atraerse el apoyo de lusitanos y celtiberos, organizando un ejército a la romana, un senado con exiliados romanos y fundo una Academia en Osca para educar a la romana a los hijos de los jefes indígenas.
Sus victorias sobre los propretores silanos Aurelio Cotta y Lucio Fudidio, obligaron a Sila a enviar Q. Cecilio Metelo Pío (80 a.C). Sertorio pese a su inferioridad numérica supo mantener a raya a Metelo, utilizando tácticas de guerrilla, obligándole a desistir en su intento de atacar a sus aliados lusitanos y celtiberos, mientras que su lugarteniente L. Hirtuleyo vencía cerca de Consabura al procónsul de la Citerior M. Domicio Calvino y más tarde cerca de Ilerda al procónsul de la Narbonenese L. Manlio.
En el año 76 a.C Roma envío como procónsul de la Citerior a Cneo Pompeyo Magno, para ayudar a Metelo a derrotar a Sertorio. Pese a sus victoria en Lauro y Sucro frente a Pompeyo, la derrota de Hirtuleyo en Itálica y la destrucción de su ejército en Segovia (Ecija) a manos de Metelo, dejaron a Sertorio en inferioridad numérica, no pudiendo frenar el avance en de los optimates por el Duero y el Jalón en el año 74 a.C, finalmente se vio obligado en el año 73 a.C a retroceder al valle del Ebro después de que Pompeyo logrará cerrarle el acceso a la costa con la toma de Tarraco y Dianium y avanzará por la Celtiberia. En el año 72 a.C Sertorio fue asesinado en una conspiración dirigida por Marco Perpenna, quien poco después fue derrotado y ejecutado.
Este pequeño inciso histórico me sirve para introducir mi segunda partida de Fields of Glory, ya que dentro de mi afición a los wargames, nunca había jugado con miniaturas. Mi primera aproximación, DBMM, fue frustrada ante semejante extensión de reglas de difícil comprensión para alguien como yo acostumbrado a los hexágonos. Mi segundo intento vino propiciado por mi interés en inculcar en mis hijos, de 8 y 6 años, mi afición por los wargames y la historia, así que mi razonamiento fue simple: “que mejor que los soldaditos de plástico para despertar su interés”. A fin de cuentas todavía me acuerdo de lo bien que me lo pasaba en casa de mi primo Miguel Ángel jugando con sus soldaditos de plástico cuando era pequeño.
Así que les compre un set de batallas a cada uno de la marca Zvezda, al mayor Las Grandes Batallas de Alejandro Magno y al pequeño Las Grandes batallas de Roma, a partir de ahí vino una búsqueda de una reglas sencillas para inducirlos a jugar. Después de leer las buenas críticas que la mayoría de los jugadores hacían de las reglas “Fields of Glory”, me decidí a comprarme el libro para echarle una ojeada. Ojee las reglas y la verdad es que me anime a probar el sistema de juego y gracias a David del club Alfonso I el Batallador, en julio jugué mi primera partida de iniciación con él. La experiencia fue positiva y me animo a apuntarme a una Liga que organiza el club para profundizar en el juego.
Así que el domingo pasado jugué ya mi primera partida de la liguilla, y segunda del sistema, con José que desplegó un ejército Hispano Antiguo Sertoriano con aliado celtibero, mientras que yo desplegué un romano republicano medio.
La batalla se desarrollo en colinas, con terreno irregular, matorral y colinas suaves por los flancos mientras que en el centro discurría una llanura hermosa.
Hice avanzar mis princeps y hastati precedidos de los velites por la llanura, mientras en el flanco izquierdo la caballería ligera Iliria y los velites tomaban posición en la colina para intentar contener el avance de la infantería media sertoriana, en el flanco derecho la caballería romana tuvo que sortear terreno irregular para poder desplegarse y combatir en terreno abierto.
Ante el avance sertoriano la caballería abandono la colina seguida poco después por lo velites, el centro continuaba avanzando mientras un BG de Hastati y otro de Triarii rotaba para intentar evitar un flanqueo procedente de la colina. Mientras tanto la caballería veía su despliegue retrasado por la caballería ligera sertoriana. Finalmente los dos centros chocaron, arrollando los legionarios sertorianos a mis tropas, a la par que abrieron una amplia brecha que dejaba ya claro sin lugar a dudas la victoria sertoriana.
La verdad es que disfrute mucho la partida y me sirvió para ir cogiendo el pulso a jugar con miniaturas e ir comprendiendo la concepción del espacio fuera de los hexágonos.
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