Estos últimos días he estado enfrascado leyendo un par de libros sobre Cartago que me han parecido muy interesantes.
El primero fue Amílcar Barca y la política cartaginesa (249-237 a.C.) de Jaime Gómez de Caso Zuriaga del servicio de publicaciones de la Universidad de Alcalá. A través de las páginas del libro y sobre el eje de dos partes bien diferenciadas, la campaña de Amílcar en Sicilia y la paz de Lutacio, y la posguerra cartaginesa y la reorientación de la política cartaginesa, se adentra uno en el entresijo de las razones políticas, culturales y económicas que culminaron con la paz de Lutacio y en los duros momentos que pasó la república norteafricana después de la paz, sometida a la Guerra Líbica o de los mercenarios y la pérdida de Cerdeña a manos de la omnipresente ciudad del Lacio, que marcarían la pugna por la dirección de la misma entre las facciones de Hanón el grande y Amílcar Barca, siendo este el gran beneficiado en última instancia.
El segundo se trata de Aníbal estratega y estadista de Pedro Barceló y publicado por la esfera de los libros, es un libro de lectura rápida y amena, ya que el autor desgrana de una manera muy bien estructurada la vida de uno de los mayores genios políticos y militares de la Antigüedad.
Cabe hacer hincapié en la visión que nos proporciona de Aníbal como un nuevo Hércules, dispuesto a cumplir sus trabajos castigando a Caco personificación de la Roma y su interés en presentarse ante los griegos del sur de Italia y Sicilia como un libertador del yugo romano.
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