lunes, 7 de diciembre de 2009

La batalla de Akragas. Command and Colors Ancients.

Este largo fin de semana, quitando un par de visitas a los médicos y las compras navideñas habituales de estas fechas, la verdad es que me está cundiendo más de lo normal ya que he acabado de pintar 24 scutarii iberos, solo me queda darles barniz y ponerlos en las bases, he avanzado bastante en el libro que me estoy leyendo y he jugado mi primera partida de Command and Colors Ancients con mi hijo mayor.
Las reglas son sencillas, rápidas de leer y de fácil comprensión, así que me ha costado poco tiempo leérmelas y explicárselas a mi hijo.
Para que mi hijo no tuviera problemas con las cartas, preparé unas nuevas cartas utilizando la maquetación en español que encontré en Mundos de cartón. Las cartas son preciosas y nos han gustado mucho.
Hemos jugado la batalla Akragas para abrir boca y cogerle el tranquillo al juego. La verdad es que el sistema de juego me ha parecido sencillo y rápido de jugar, deja un buen sabor de boca ya que el sistema de órdenes a través de cartas mantiene una cierta incertidumbre a la hora de desarrollar la estrategia y obliga a improvisar sobre la marcha lo cual siempre es un aliciente y en cierto modo refleja bien las vicisitudes del mando en la antigüedad.
La batalla se desarrollo con rapidez, comenzó con un choque rápido y violento entre el ala derecha cartaginesa y la izquierda griega que se saldo con la huida de los carros pesados cartagineses. En el ala contraria los carros cartagineses también fueron puestos en fuga mientras el centro romano avanzaba y el cartaginés mantenía la posición a la espera de una victoria en un ala que pudiera compensar la superioridad de la infantería pesada griega. Para cuando los centros chocaron el ala derecha cartaginesa consiguió poner en fuga al ala izquierda griega pero poco pudieron hacer para evitar el arrollamiento del centro cartaginés. La batalla estuvo muy igualada hasta el final, los dos teníamos cuatro marcadores, y finalmente la infantería pesada griega con su demoledor ataque decidió el resultado alzándose mi hijo con la victoria y una alegría enorme por haberme ganado.





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